Bienvenido a este inicio.



Hooola, después de mucho pensarlo, con miedo a que no sea como creo o lo que espero, decidí abrir este blog. La vida me ha enseñado que no hay peor diligencia que la que no se hace y por eso estoy aquí.

Como ya sabrán algunos, mi fuerte es Instagram, pero por aquí me extenderé todo lo que pueda y les  contaré las anécdotas de mis  viajes. ¿Por qué les cuento esto?, ¿a quién le importa esto?, no lo sé, pero me encantaría compartir las cosas locas que me pasan, algunas muuuy lindas y otras no tanto.





Mi intensión es quitarte, sí a ti, ese miedo de  viajar. El mismo que yo tuve.  Cuando decides hacerlo  te das cuenta que el peligro es algo aleatorio y que siempre hay una luz al final del camino. Entonces, quítatelo o guárdalo un ratico. 

Les cuento que yo era alguien muy calculador, todo lo medía, sabía qué iba a hacer  cada día, a qué lugares iría y hasta qué hora estaría. Sin querer, me convertí en lo que siempre odié. Me convertí en mi propio tour, mi propio límite. Claro, bajo la manga del miedo a lo desconocido, a estar insegura en la calle o en tierras desconocidas yo misma me limitaba.











Ahora, gracias a las  experiencias, qué importantes y educativas son, he aprendido a no planear tanto, a dejarlo un poco al azar, a la suerte, al camino y a lo que el universo tiene deparado para mí. Bueno o malo, lo recibo. Cada vez que puedo, comento la frase de mi gordita (mi mamá): "Cuando te toca ni que te quites y cuando no te toca, ni que te pongas". Por eso, no hay peor diligencia que la que no se hace.

No te quedes con la frase: qué hubiese pasado... Asúmelo y hazlo.

Comentarios

Publicar un comentario